jueves, 13 de mayo de 2010


Mateo 8
8:23 Y entrando él en la barca, sus discípulos le siguieron.
8:24 Y he aquí que se levantó en el mar una tempestad tan grande que las olas cubrían la barca; pero él dormía.
8:25 Y vinieron sus discípulos y le despertaron, diciendo: ¡Señor, sálvanos, que perecemos!
8:26 El les dijo: ¿Por qué teméis, hombres de poca fe? Entonces, levantándose, reprendió a los vientos y al mar; y se hizo grande bonanza.
8:27 Y los hombres se maravillaron, diciendo: ¿Qué hombre es éste, que aun los vientos y el mar le obedecen?

Me recuerdo en unos de mis viajes, veníamos en la carretera por la noche, y empezó a llover y esa lluvia se convirtió en tormenta y sobre todo eso estabamos cruzando el puente del rió Mississippi, empezó a caer relámpagos y los tronidos se escuchaban inmensos y me dio temor y le dije a mi esposo mi amor, tengo miedo, mi hija Carla tenia tres años y su vocecita me dijo: mami no pasa nada, Jesús te esta tomando fotografías voltea y di: cheese.
Ella estaba convencida que Jesús nos tomaba fotos y su corazón no tenia temor.
Esta pequeña estaba convencido (como deberíamos estarlo nosotros) de que Dios estaba obrando y por tanto, su mundo era un lugar muy seguro para vivir en él.
Pregúntate: '¿Cómo sería mi vida si viviera con la convicción profunda de que debido al carácter y el cuidado inalterables del Señor, este mundo es un lugar totalmente seguro para vivir en él?'. Tu nivel de ansiedad bajaría. Tendrías la certeza de que tu vida está en las manos de Dios, así que no estarías atormentado por tu propia incompetencia. También serías una persona relajada. Puede que fueras muy activo, pero tendrías una calma interior y un equilibrio exterior, y no dirías muchas de las cosas irracionales que dices ahora por hablar sin pensar. Es más, confiarías en el Señor lo bastante para obedecerlo, incluso arriesgándote.

La preocupación nos hace depender de nosotros mismos. Nos priva de tener gozo y energía. Una persona en quien la paz de Cristo gobierna sería como un oasis de cordura en un mundo de caos total. '¿Pero es posible que yo pueda vivir así?'. Escucha: "El Señor te guardará de todo mal, Él guardará tu alma. El Señor guardará tu salida y tu entrada desde ahora y para siempre" (Salmo 121:7-8). ¿Qué más necesitas?

Recordemos que el Señor que estaba en el barco con los apóstoles y que reprendió el viento y convirtió la tormenta en paz y tranquilidad, que los vientos le obedecieron. Es el mismo que esta aquí con nosotros.
Salmo
46:10 Estad quietos, y conoced que yo soy Dios;
Seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra.

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